EL REMEDIO A LA POBREZA
(Primera parte)
No es fácil hablar de la pobreza. En esta
época todo político parece interesarse en remediarla. Y para ello se hacen proposiciones más o menos
inteligentes y eficaces. En la agenda de las Naciones Unidas el remedio a la
pobreza ocupa uno de los primeros lugares, ya que reconoce que en el planeta
existen 1200 millones de personas con pobreza extrema. Lo cierto es que no se
conocen remedios simples para este problema porque sus causas son múltiples. La misma definición del término
"pobreza" no es tan fácil a pesar ser un asunto tan discutido. Sin
embargo creo que estaríamos de acuerdo en que un pobre es “una persona que tiene
una o varias necesidades sin poder disponer de medios para remediarlas por su
propio esfuerzo".
Cualquier
necesitado intenta en primera instancia
satisfacer por si mismo sus propias necesidades, y solo cuando le es imposible
busca ayuda ajena. Algunos piensan que
con dinero se puede siempre lograr resolverlas, pero recordemos que el dinero
solo da solución a unas y no siempre, porque el dinero es para comprar objetos
o servicios y satisfacer una necesidad no siempre demanda comprar algo o pagar
la ayuda de un profesional.
Si definimos a un
pobre como un ser humano que no encuentra solución a sus necesidades, entonces
tendremos que confesar que todo ser humano ha sido pobre en algún momento de su
existencia, porque todos hemos tenido épocas en las que se nos han acumulado
las necesidades insatisfechas y otras en las que estamos en camino de solucionarlas
con mas o menos rapidez.
La vida es un
continuo confrontar necesidades y un constante intento de darles solución. Si
reflexionamos sobre nuestro diario quehacer, veremos sin lugar a dudas que casi
todas nuestras actividades cotidianas van dirigidas a dar solución a necesidades
tales como comer, transportarnos, vestirnos, asearnos, curarnos, relacionarnos
con nuestros semejantes, descansar, cumplir nuestros deseos, etc. En pocas
palabras, sabemos que tenemos que trabajar para resolver los problemas de
nuestra supervivencia, unos más urgentes que otros, pero todos problemas al
fin. Habitualmente, las necesidades y las dificultades ante las que nos vemos son
ya conocidas, estamos familiarizados con
ellas y sabemos como darles salida, pero en ocasiones se nos presentan
necesidades que superan nuestra capacidad de solución y es entonces cuando
sentimos y nos confesamos que somos pobres en alguna medida. Ser pobre es por tanto, materia de grado y
todos lo somos, unos más otros menos, en cada momento de nuestra vida y no
tiene caso hacer de los pobres una clase social.
Roberto Maass E.
Roberto Maass E.
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